Hubo un día en que las cosas
cambiaron, el café ya no sabía tan amargo, los libros dejaron de contar el
mismo final, y entre nosotros ya no había motivos para seguir fingiendo que éramos
amigos. Con eso nos quitamos un peso de encima. Ya no teníamos por qué seguir
viéndonos a la cara en la misma sala, ni crear diálogos innecesarios para tener
algo en común. Hasta los gustos musicales eran diferentes, y cada vez nos
veíamos más lejanos, a pesar de estar a pocos metros. Toda nuestra amistad resumida
en una página, en un día, en un insólito y divertido encuentro, que duro lo que
tuvo que durar. He intentado borrarte, he intentado no pensar en esto, he
intentado callar a mi conciencia, he intentado no seguir acumulando razones
para extrañarte, si a fin de cuentas nunca fuiste de mi pertenencia, he
intentado decirme a mí misma una y otra vez que no hay motivos para que me
sigas importando, he intentado reemplazarte con otras cosas, pero ni siquiera
eso puede convencerme que terminamos en simple indiferencia, he intentado de
mil maneras pensar que solo eras un individuo en mi vida y no la excepción a la
regla. A veces quisiera que aprendieras a querer lo que te rodea, a apreciar
los pequeños detalles que otras personas, con mucho amor, te regalan, o al menos los que yo te daba. Quisiera
que sintieras mi falta, nota mi falta, yo sé que algún día extrañaras nuestras
conversaciones a cualquier hora, mis tontos mensajes de Facebook y las estupideces
que hacíamos. No fue tu culpa y tampoco estoy segura de admitir que fue la mía,
creo que peso sin querer y sin pensarlo, pero sucedió, no sé si hablar de
destino, pero fuimos amigos hasta donde pudimos. Un día invernal y bajo una tenue
lluvia, fui sincera conmigo misma al decirte un poco y casi nada de lo que pensaba.
WERXZSJIAKORST8HDRSIJAOKZRDFHTU *_*
ResponderEliminarJajaja te entendí totalmente XD
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