Hay esta ella, tomando una taza de leche con chocolate. Solo con mirarla a los ojos se nota que algo la acompleja, algo la entristece. Ella tiene sus pensamientos a la deriva. No sabe que hacer, esta confundida, todos le dicen que no lo haga, pero la verdad es que ella necesita hacerlo. Pues ella ya esta decidida, pero aun tiene deseos de llorar, dejar salir todo de un solo llanto. Al terminar, ella se encierra en su pieza, se recuesta en su cama mirando al techo, y abraza a su vaca de peluche. Ella cierra los ojos, esta confundida, deprimida y piensa que su vida es una completa mierda un desastre. Y lo trágico del asunto es que no hay ninguna pista de que mañana sera un mejor día, es incierto. Por su mente pasan mil y un recuerdos, personas, lugares, y de un momento a otro se da cuanta de que todo a cambiado. De que muchas cosas pueden cambiar en un año. Abre los ojos, piensa un momento. Comienza a llorar, aunque le encantaría no hacerlo. Ella trata de ahogarse entre lagrimas. Ella trata de ahogar sus demonios entre lagrimas, pero no puede, ellos saben nadar. Aburrida del mundo, se seca sus lagrimas, se acurruca y se pone a dormir, sin deseos de volver a despertar.
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